HISTORIA DE LA PASTELERÍA
El ejercicio del oficio del pastelero, al igual que el de panadero se remonta a varios siglos antes de Cristo. En el siglo IV A. C. se encuentran documentos latinos donde los romanos ejercían el oficio del pastillariorum o pastelero.
Ya en la Edad Media se creará en Francia el gremio de los productores de obleas u oblaiers, que las producían para ofrecer en las iglesias, lo que hará que poco a poco el pueblo vaya accediendo a esas obleas y, después, a los pasteles dulces y salados, como los gofres del perdón, introduciéndose de esta manera el dulce en la sociedad de aquellos años.
En esta época, también los soldados de las Cruzadas van viajando por Europa y van conociendo otras culturas y gastronomías, conociendo así el azúcar y la pasta de hojaldre, que pasarán a formar parte de la artesanía pastelera.
En el siglo XV (1440) aparece por primera vez la palabra pasteleros, bajo una ordenanza. Y es con Carlos IX, en 1556, cuando surge la corporación de pasteleros que reglamenta el aprendizaje y acceso a la maestría. Así, surgen los primeros helados y petisús.
La llegada del cacao a Europa introduce nuevos sabores, colores y aromas en los pasteles. En el siglo XVII llega el descubrimiento de la levadura biológica, que marcará el sector panadero y pastelero, con los brioches y especialidades afines.
A finales del siglo XVIII el hojaldre se impone en Francia y Maria Antonieta destaca como promotora de los croinssants.
A principios del siglo XIX Antoine de Carême publica la obra El Pastelero Real, primer escrito que describe la repostería moderna y las diversas técnicas y utensilios, marcando un nuevo comienzo del gremio.
A lo largo del siglo XIX y XX se mejoran los métodos de producción, de descubrimientos y desarrollos técnicos, lo que permitirá el dominio del frío, el calor, la fermentación, la conservación y la congelación, que sumado a la refrigeración eficiente junto con los métodos de cocción, han creado grandes avances en el sector de la pastelería, los cuales se mantienen hoy en día.
Fuente: Gobierno de Canarias (https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoblog/nuclmed/).
Ya en la Edad Media se creará en Francia el gremio de los productores de obleas u oblaiers, que las producían para ofrecer en las iglesias, lo que hará que poco a poco el pueblo vaya accediendo a esas obleas y, después, a los pasteles dulces y salados, como los gofres del perdón, introduciéndose de esta manera el dulce en la sociedad de aquellos años.
En esta época, también los soldados de las Cruzadas van viajando por Europa y van conociendo otras culturas y gastronomías, conociendo así el azúcar y la pasta de hojaldre, que pasarán a formar parte de la artesanía pastelera.
En el siglo XV (1440) aparece por primera vez la palabra pasteleros, bajo una ordenanza. Y es con Carlos IX, en 1556, cuando surge la corporación de pasteleros que reglamenta el aprendizaje y acceso a la maestría. Así, surgen los primeros helados y petisús.
La llegada del cacao a Europa introduce nuevos sabores, colores y aromas en los pasteles. En el siglo XVII llega el descubrimiento de la levadura biológica, que marcará el sector panadero y pastelero, con los brioches y especialidades afines.
A finales del siglo XVIII el hojaldre se impone en Francia y Maria Antonieta destaca como promotora de los croinssants.
A principios del siglo XIX Antoine de Carême publica la obra El Pastelero Real, primer escrito que describe la repostería moderna y las diversas técnicas y utensilios, marcando un nuevo comienzo del gremio.
A lo largo del siglo XIX y XX se mejoran los métodos de producción, de descubrimientos y desarrollos técnicos, lo que permitirá el dominio del frío, el calor, la fermentación, la conservación y la congelación, que sumado a la refrigeración eficiente junto con los métodos de cocción, han creado grandes avances en el sector de la pastelería, los cuales se mantienen hoy en día.
Fuente: Gobierno de Canarias (https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoblog/nuclmed/).