Aunque este boletín corresponde al primer trimestre de 2022, dado que durante el mes de abril se están produciendo una serie de hechos de mucho interés para nuestro sector, y que están teniendo una gran repercusión mediática, no quiero dejar de referirme a ellos en esta editorial.
El primero es la entrada en vigor del artículo 11.2 de la Norma de Calidad del Pan, en lo relativo al contenido máximo de sal en el pan común. En este tema, la intervención de CEOPPAN ha sido decisiva en defensa, tanto de los consumidores, como de las empresas del sector. Ya a mediados del año 2004, Ceopan fue abordada por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Con el objetivo de combatir la obesidad en general -y la infantil en especial-, se había creado la Estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física, Obesidad y Salud) y se solicitó nuestra colaboración, ya que los estudios realizados entonces demostraban que el pan era uno de los alimentos que más sal aportaban a la dieta. Hubo una larga serie de reuniones en las que, con datos objetivos, conseguimos convencer a AESAN de que la reducción que inicialmente proponían era inviable, tanto técnicamente como desde el punto de vista organoléptico. Finalmente, con el acuerdo unánime de todas nuestras Asociaciones y Gremios, en febrero de 2005 se firmó un Convenio de Colaboración VOLUNTARIO con la Ministra de Sanidad para que, a lo largo de 4 años, se redujera el contenido de sal a 18 gramos por Kg de harina. Cuando el Ministerio comprobó los resultados al cabo de esos cuatro años, nos dijo con satisfacción -nosotros ya lo esperábamos- que el objetivo se había cumplido más que de sobra, ya que los análisis que hicieron demostraban que el porcentaje medio de sal de las muestras analizadas era de 1,63 gramos por cada 100 gramos de extracto seco. El informe de resultados se hizo público en un acto presidido por el entonces Ministro de Sanidad en la Escuela de Panadería de Madrid y, a partir de ese momento, se afirmaba en todos los foros oficiales que el pan español era uno de los más sanos del mundo. De hecho, el Secretario General de CEOPPAN ha sido testigo de cómo, en muchos países de todo el mundo, las autoridades correspondientes de la Organización Mundial de la Salud ponían a los panaderos españoles como ejemplo. Todo quedó así hasta marzo de 2019. En la reunión final de la Comisión Interministerial de Ordenación Alimentaria (CIOA), en la que se iba a aprobar definitivamente la Norma de Calidad del Pan, los representantes del Ministerio de Sanidad plantearon, por sorpresa, como condición indispensable para su aprobación, que se estableciera un contenido máximo OBLIGATORIO de sal en el pan. Había que tomar una decisión sobre la marcha y CEOPPAN, una vez vista la propuesta, solicitó dos condiciones para aceptarla: que la obligación se limitara en exclusiva al pan común y que se difiriera 3 años su entrada en vigor. Tal como afirmábamos en la circular informativa que remitimos en abril de 2019: “Esta limitación solo afecta al pan común (no al especial) y entrará en vigor a partir del 1 de abril de 2022, tal como establece la disposición transitoria segunda de la Norma de Calidad. A partir de esa fecha, los panes comunes que sobrepasen ese contenido máximo de sal deberán considerarse panes especiales y ya no podrán tributar por el IVA superreducido al 4%”. En cualquier caso, éramos plenamente conscientes que la mayoría de nuestras empresas habían ya reformulado voluntariamente los porcentajes de sal desde el año 2005 y que casi todos los consumidores españoles podrían seguir disfrutando de uno de los panes más saludables del mundo sin notar alteraciones significativas en el sabor. Creo que es importante destacar este trabajo de lobby, que CEOPPAN realiza constantemente como tarea fundamental y que, a pesar de ser tan poco conocido -y, en muchos casos también tan poco reconocido-, resulta indispensable para que las iniciativas legislativas de los distintos Gobiernos no acaben convirtiéndose en una carga excesivamente pesada para nuestras empresas. El segundo tema al que me quería referir es el inicio del recorrido del autobús de la Campaña “Buenos Días con Pan”, que llevará un obrador móvil a 20 ciudades de toda España, con el objetivo de informar a la población infantil de 6 a 12 años, así como a sus padres y profesores, sobre los beneficios de incluir el pan en la dieta diaria. Desgraciadamente, la falta de colaboración de muchos no nos va a permitir aprovechar la totalidad de los fondos europeos (que suponen un 70% de la Campaña) para llevar el autobús a 20 ciudades más, pero éste es un asunto que quiero abordar en una próxima editorial. Hasta entonces, os envío a todos un saludo muy cordial.
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